Por: Franz Grover Choque Ulloa - Ex diputado y constituyente electo en representación de Oruro
La Patria, Revista Dominical 26 de noviembre de 2017
Estamos ya en la recta final para las elecciones judiciales del 3 de diciembre (3D), me pareció oportuno mirar algunos datos del primer proceso llevado adelante el 16 de octubre del año 2011, posiblemente, la gente ya no recuerde quienes fueron los seis preseleccionados como candidatos al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), única circunscripción departamental hace seis años: Ana Adela Quispe Cuba, Martha Echeverria Heredia, Eugenia Ramos Catari, Ismael Fernández Cortez, Julio Huarachi Pozo y Rómulo Calle Mamani, al igual que los otros candidatos se sometieron a la voluntad popular de 263.834 habitantes del departamento de Oruro, habilitados para votar en 1.252 mesas de sufragio electoral agrupados en 328 recintos electorales, cuyos resultados los hemos desagregado en un cuadro donde hacemos una suma de los votos blancos y nulos, para que el lector pueda realizar un análisis más apropiado del comportamiento del electorado:
Así es, en la primera experiencia para elegir a las y los magistrados del TSJ teníamos dos columnas, una con la terna de postulantes mujeres y otra con la terna de postulantes varones y el votante podía emitir dos votos para esta instancia, única circunscripción departamental el 2011, hoy en día el elector sólo tendrá derecho a un solo voto para elegir a la o al magistrado del Tribunal Supremo de Justicia.
Pero no es el único cambio que se ve hoy con relación a las pasadas elecciones judiciales de octubre de 2011, por ejemplo, hace seis años teníamos una papeleta única conteniendo 74 candidatos en cinco columnas de diferentes colores (columnas hasta de 28 candidatos que hacían muy difícil su manipulación), para el 2017 se redujo a 32 candidatos y tendremos dos papeletas una para circunscripción nacional y otra para circunscripción departamental, como se puede ver en el siguiente cuadro también se incrementó de siete a nueve la cantidad de autoridades electas en el Tribunal Supremo de Justicia y en el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), contrariamente, se redujo la cantidad de autoridades electas de siete a cinco en el Tribunal Agroambiental y de cinco a tres en el Consejo de la Magistratura, en pocos días se sabrá si estos movimientos tácticos sirvieron para disminuir el rechazo a las actuales elecciones judiciales:
Llama la atención los altos porcentajes de votos blancos y nulos en la elección judicial del 2011, por eso, nos detuvimos a analizar el comportamiento de estas dos opciones democráticas (voto nulo y blanco, reconocidas en el Art. 161 de la Ley del Régimen Electoral), en efecto, tomaremos muestras a las últimas seis Elecciones Generales realizadas en nuestro País, donde observaremos cuál fue el porcentaje de votos blancos y nulos, como se puede ver en el siguiente cuadro, el promedio en las seis últimas elecciones generales de votos blancos es de 4,47% y de votos nulos es de 2,98% porcentajes bajos por cierto, consiguientemente, la única forma de comprender estos resultados con porcentajes elevados de votos blancos y nulos (aproximadamente el 60%), es que la población boliviana rechazó esa forma de preselección y elección de altas autoridades del órgano judicial, por causas que más adelante describiremos:
Ahora bien, en esta línea de hacer comparaciones, tomaremos los resultados del Tribunal Constitucional Plurinacional en el nivel departamental y lo compararemos con los resultados en el municipio de Oruro, para ver dónde se encuentra la mayor resistencia democrática, en el siguiente cuadro se evidencia un comportamiento electoral de mayor rechazo en la ciudad con un 60,21% frente a un 53,43% de rechazo en el resto del departamento de Oruro, se constata que en las provincias del departamento aún se mantiene el apoyo al partido gobernante.
La elección judicial del 2011 se tornó plebiscitaria por las convocatorias y campañas del presidente Evo Morales por el "Voto Sí", en tanto que la población como una muestra de rechazo a los candidatos seleccionados por los 2/3 del gobernante MAS se inclinó por el voto nulo y blanco o definitivamente la gente prefirió no asistir a los recintos electorales superando el 16% de abstencionismo. Esta vez el oficialismo y la oposición están más cautos, parece que ninguno quiere volver plebiscitaria la elección del 3 de diciembre.
El cuestionamiento de la población en la elección judicial del 2011, estaba orientado al Tribunal Supremo Electoral (TSE) por considerarlo un árbitro parcializado; el otro cuestionamiento estuvo dirigido a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) debido al procedimiento de preselección realizado, en donde muchos juristas meritorios e idóneos no fueron preseleccionados y prefirieron mantener candidatos con vínculos con el partido de gobierno y finalmente, el cuestionamiento al gobierno, el abuso de poder, el despilfarro y la gestión ineficiente, como principales causas.
En mi condición de ex constituyente, considero que es necesario abrir un debate serio para analizar cómo recuperamos la independencia del órgano judicial, discutir, si se mantiene o cambia la actual forma de elección de altas autoridades del órgano judicial y del tribunal constitucional Plurinacional, incluso ir más allá, estar dispuestos a una reforma constitucional para "atar" las manos de quienes detentan el poder y no sean "seducidos" por los encantadores cantos de sirena, lo que señala la doctrina es que la característica fundamental de un Estado democrático de derecho es la independencia y separación de órganos, si no existe esta condición, podríamos decir que vivimos en un estado democrático aparente, hoy en debate.
El cuadro que presento a continuación representa la "media" de los votos válidos, blancos y nulos obtenidos en las cuatro instancias el año 2011: Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Constitucional Plurinacional, Tribunal Agroambiental y Consejo de la Magistratura, muestra en qué departamentos del país se dieron los mayores porcentajes de votos válidos, blancos y nulos, (una especie de Rankin) también observamos que Oruro es el penúltimo departamento en rechazar a los candidatos y el de mayor aceptación a los candidatos de la papeleta de 2011 únicamente encima de La Paz:
Finalmente, hay que añadir que desde 2011 a la fecha, los bolivianos no hemos visto un acontecimiento sorprendente, sobrenatural, sea venido del órgano judicial o del gobierno nacional que pueda cambiar el curso de la historia o que permita mejorar su perfil de cara al pueblo.
Al contrario, en los últimos seis años los conflictos sociales se han agudizado y multiplicado, departamentos como Potosí se movilizaron contra el gobierno por sus justas reivindicaciones regionales, Oruro que se enfrentó al gobierno pidiendo que se respete a los personajes más distinguidos de su historia, como es la defensa del nombre de "Juan Mendoza" en el aeropuerto internacional de Oruro; el conflicto por los resultados del censo y la redistribución presupuestaria y de escaños reclamado por los departamentos que no son del eje de desarrollo; los conflictos desde los sectores sociales que fueron en aumento, véase el conflicto por la jubilación con el 100% de la renta, los enfrentamientos por la erradicación de coca en Apolo, la marcha de los hermanos con capacidades diferentes, los paros del sector Salud entre otros; el conflicto de los cooperativistas que cobró la vida de cinco personas, entre ellas el viceministro Rodolfo Illanes, conflicto de Enatex cuando los trabajadores de la ahora "cerrada" Empresa Nacional de Textil, al menos 800 trabajadores demandaron con huelgas el respeto a sus fuentes de empleo; el bloqueo del transporte pesado cuando miles de camiones bloquearon los puntos fronterizos de Tambo Quemado, Matarani, Puerto Suárez y Desaguadero en rechazo al sistema tributario y finalmente al margen de los intentos de eternizarse en el poder del presidente, los últimos escándalos de corrupción en Camce, Fondioc, YPFB, Banco Unión y el creciente narcotráfico, hacen pensar que el comportamiento electoral de hace seis años podría repetirse este 3 de diciembre.